ETAPA FINAL DEL ABSOLUTISMO
Toda
esta ingente labor de renovación partía de preocupaciones muy
concretas. La superación de los conflictos de toda índole acaecidos
durante el siglo XVII tuvo como telón de fondo el inicio irreversible
de lentos, pero profundos, cambios sociales que iban a afectar al concepto
mismo del poder. Diversos sectores de la sociedad inglesa encabezaron
un proceso de revolución política que acabó con el absolutismo de
los Estuardo. Los monarcas europeos empezaron a preocuparse
seriamente. La ideología de la llustración contenía fermentos que
auguraban la intensidad de los cambios por venir. En este marco, el
despotismo ilustrado puede considerarse como un movimiento a la
defensiva de las monarquías europeas en el siglo XVIII y, por eso,
consiguió sus mejores logros en los países menos desarrollados. Son
las penínsulas mediterráneas o de las profundidades continentales de
la Europa Central y Oriental, es decir, la Europa terrateniente, donde
la aristocracia y la nobleza tradicional todavía eran clases
dominantes, y donde los monarcas pudieron ejercer una tímida función
de reforma, en especial por lo que respecta a la legislación de
tipo social, que les acercaba a las maltrechas clases populares. Al
final, la creciente animadversión social hacia el absolutismo desencadenó
los movimientos revolucionarios del siglo XIX. Estamos ya en los inicios
de una nueva época.
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